martes, 3 de julio de 2012

LA BATALLA CONTRA EL MAL


El talón derecho del Nazareno tiene un reguero de sangre. Paco Romero planteó a la cofradía de la Vera Cruz de Andújar representar al Nazareno pisando la serpiente que simboliza el mal, el pecado, el diablo.


Es un concepto barroco que aparece ya en la famosa pintura de Caravaggio Virgen de los Palafreneros de la Gallería Borguese de Roma, realizada entre los años 1605-1606. En él se representa a Santa Ana, la Virgen y el Niño, composición inmaculista y franciscana que se ha venido a denominar Santa Ana Triplex, por la representación de tres generaciones de limpieza del pecado. La alusión del cuadro al pecado queda precisamente representado en la agresión de la Virgen, que pisa la cabeza de la serpiente y su Hijo, con la duda propia de un niño pero seguro por el gesto docente de su Madre, apoya su pie también sobre el de la Virgen, aumentando así la presión sobre el reptil. Santa Ana se fija en la escena y parece decir unas palabras de sabiduría sobre cómo vencer al pecado. Las tres generaciones se han conjurado contra el mal. Son las tres generaciones que llevamos en el frente del paso del Nazareno, Santa Ana con la Virgen y el Nazareno que lo preside.
   
Finalmente y tras debatir la cuestión se optó por suprimir el reptil dada la cercanía a un talón devocional que podría haber causado repulsa a los fieles. No obstante, Paco Romero decidió mantener esta plasmación simbólica atenuándola y dejándola en el momento posterior a este hecho. La serpiente no está, pero queda su huella, la mordedura del pecado que intenta debilitar el caminar decidido y firme del Nazareno hacia su patíbulo. Este camino es un camino de Redención, y la picadura de la velada presencia de la serpiente es el recuerdo del Paraíso, donde la Serpiente dio de comer el fruto prohibido a Eva. Jesús nos devuelve el Paraiso gracias a su sacrificio, y la serpiente muere por la pisada firme del Nazareno pero antes muerde al Redentor, son las secuelas del mejor soldado de Dios, su propio Hijo.

Es también la batalla contra el mal, cuyo final aparente está en la Cruz, pero de la Cruz brotan retoños verdes, porque Jesús resucita de entre los muertos. 

También el Gran Poder de Sevilla, lleva el simbolismo de la serpiente, en forma de corona, fue un homenaje humilde y franciscano pero con una simbología profunda enorme, del imaginero cordobés Paco Romero a su insigne paisano y antecesor Juan de Mesa.

Maudilio Moreno Almenara
D.M.G. de nuestra Cofradía

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