Maudilio Moreno Almenara
Sirva este pequeño artículo como humilde homenaje a Cera Bellido, una
manufactura que es orgullo de Andújar y sus cofradías, y especialmente de ésta
de la Santa Vera Cruz, que tuvo entre sus nazarenos y Junta de Gobierno al
padre de su fundador, D. Francisco Bellido.
La
cera es la esencia de nuestra Semana Santa, la luz que proporciona el trabajo
de las abejas es simplemente inimitable. Su olor, color y la suavidad del tacto
de los cirios son un disfrute para nuestros sentidos.
Pero en
nuestra cofradía hemos querido que los cirios fuesen más, y en el año 2013, y
coincidiendo con la primera salida el Domingo de Ramos de la Santísima Virgen
de los Dolores, los cirios de su tramo, fabricados por Cera Bellido, se
revistieron por primera vez de letanías marianas, transformando la luz y la
cera en alabanzas a la Santísima Virgen, inspirándonos para ello en los modelo utilizados
en la bóveda de la antigua cofradía de la Inmaculada de San Bartolomé, actual
Sagrario.
Pero el sentido de este artículo no es ensalzar este
producto, inherente a nuestras cofradías, sino a la familia que desde hace
siglos custodia la tradición de su laboreo en nuestra ciudad: los Bellido, con
Cera Bellido y la antigua Cerería Pontifica, empresas escindidas ya en el XIX,
pero que mantienen un hilo familiar común. A ambas, centenarias en su
trayectoria, nuestro agradecimiento, admiración y un sinfín de alabanzas,
porque con su carácter laborioso, similar al de las abejas de cuyo producto se
nutren, son orgullo de nuestra ciudad, marcado siempre por la calidad y la
tradición.
Para esta cofradía es un orgullo lo que expondremos
a continuación, porque no sólo se dedican a mantener la quintaesencia del
labrado de la cera, la luz que ilumina a Jesús y a su Santísima Madre, sino
porque también, ayudaron a sostener con su esfuerzo a esta corporación
veracrucera durante generaciones. La familia Bellido está indisolublemente
entrelazada con esta cofradía de la Santa Vera Cruz para siempre en su memoria
como expondremos en estas letras. Los antecesores de los que custodian este
legado tocaron con mimo los cirios inmutables, olieron su perfume, dieron luz a
sus queridas imágenes de Jesús Nazareno y la Santísima Virgen de los Dolores de
la Vera Cruz, de aquel desaparecido convento de San Francisco. Su
inquebrantable condición cristiana llevó hasta la propia muerte a varios
miembros de su familia y de nuestra cofradía, en los ignominiosos sucesos de la
Guerra Civil. Una familia que con humildad y con tesón, a pesar de las
tremendas experiencias sufridas sigue ahí, y es justo, que nosotros, que tanto
le debemos, hagamos este pequeño homenaje a su grandeza.
Aunque existen antecedentes remotos desde el siglo XVIII, en concreto del
año 1775, como es el caso de Diego Bellido, Hermano Mayor ese año de la
escuadra de Jesús de la Columna de la Vera Cruz, nos centraremos en los
miembros de esta familia que han pertenecido a nuestra corporación a lo largo
de los siglos XIX y XX. Así, ya en 1857 aparece en la Junta de Gobierno D.
Antonio Bellido, que sabemos era regidor del Ayuntamiento desde comienzos de
ese año, como su hermano Manuel, que lo fue entre 1883 y 1885.
En el año 1868 se amplió la gobernación de la cofradía (algo así como la
Junta de Gobierno actual). Era costumbre que los oficiales antiguos propusiesen
a los candidatos, siendo en este caso D. Francisco de Torres quien presentó a
Francisco Bellido como nuevo miembro de ella. A partir de ese año y hasta el
1875 figuró en la citada gobernación, participando de las decisiones de la
Junta de Gobierno y estampando su firma en los acuerdos que atesora nuestro
archivo.
Francisco Bellido estaba casado con Jerónima Rubio,
y se dedicaba desde su juventud al noble oficio de la cera. Tuvieron varios
hijos, entre ellos: Francisco Bellido Rubio, fundador de Cera Bellido, Jose Mª
Bellido Rubio, que regentó la Cerería Pontificia y Agustín Bellido Rubio, fundador
de Imprenta Bellido.
Hasta el año 1876 se encargaba la cera de la cofradía a D. José Ols, en
la anotación del año siguiente no se especifica quien la suministró, pero a
partir del año 1878 se compró ya a la familia Bellido. Habitualmente D.
Francisco Bellido llevaba la tercera bandera de la cofradía el Jueves Santo,
vestido de nazareno con su túnica de la Vera Cruz, en el tramo de la Santísima
Virgen de los Dolores.
En 1878 aparece como persona designada junto a Juan Venceslada,
Bernardino Martínez y Juan Cantero para acompañar al Hermano Mayor en la
procesión.
Como hemos indicado, a partir de 1878 se encargó la cera a D. Francisco
Bellido según consta en el archivo de la cofradía de la Santa Vera Cruz: “...A
Francisco Bellido por el renuebo de cera según recibo...”. Es la primera
vez que se registra su nombre como suministrador de cera a la cofradía, siendo
ya habitual a partir de ese momento.
D. Francisco debió fallecer en la década de los
ochenta del siglo XIX, lo que probablemente supuso la escisión de la empresa
originaria, dando como resultado Cera Bellido por un lado y Cerería Pontificia
por otro.
Su hijo, Francisco Bellido Rubio, fundador de Cera
Bellido, patentó su propia marca en el año 1889.
Adquirió un notable prestigio, presentándose para
ello a diferentes concursos, lo que le sirvió para obtener una mención
honorífica en Jaén en el año 1887 y la medalla de bronce en 1888 en Roma entre
otros premios. Tenía manufactura en la calle Juan Robledo y tienda en la de San
Francisco, junto a la sede, por aquel entonces, de nuestra cofradía.
Tras el fallecimiento del patriarca de los Bellido, la cofradía siguió
comprando los cirios a su viuda, Dª Jerónima Rubio. Así lo sabemos por una
anotación del año 1893: “...a la Vda. de Bellido renuevo de cera 8 reales...”.
Ese mismo año figura en la gobernación D. Manuel Bellido Sánchez, a quien
también se encargó una pequeña partida de cera. Al año siguiente los pagos por
este concepto se hacen ya en exclusivo a la viuda de Bellido, así hasta que en
el año 1898 y motivado por la penuria económica del momento se anota que: “...se
debe a la Sra. Viuda de Vellido ciento y nueve y medio reales de la cera del
año pasado se le ordenó al referido Fiscal hiciese un esfuerzo para reunir
dicha cantidad y pagar a dicha Sra. antes del Jueves Santo...” El pago se
hizo y la manufactura siguió surtiendo de cera a la cofradía.
En el año 1908
la Cofradía de la Santa Vera Cruz asistió al funeral de Dª Jerónima Rubio, se
pagó para ello a una persona para portar el estandarte corporativo, acompañando
la Junta de Gobierno. Era una persona muy arraigada en la cofradía, tanto ella
misma como su marido, de ahí este acompañamiento.
Ya a comienzos
del siglo XX la familia Bellido fue ocupando cargos en la Junta de Gobierno de
la Vera Cruz, de tal modo que en 1906 vemos cómo ingresa en la nómina de
Gobernadores Diputados D. Francisco Javier Bellido Aragón. Era sacerdote y
capellán de la Capilla de la Virgen de la Cabeza. Fue Hermano Mayor de la
Cofradía Matriz en el año 1908, y asesinado en 1936 con 53 años.
Tres años más
tarde la Junta de Gobierno de la cofradía estaba copada por personas de
apellido Bellido, en concreto figuran ese año: D. José Bellido Aragón, (también
sacerdote y asesinado en 1936), D. Francisco Javier Bellido Aragón, D. Manuel
Bellido Robles, Francisco Bellido Martínez, D. Antonio Bellido Aragón y D.
Joaquín Mª Bellido, secretario desde el año 1909 a 1911. En 1911 casi la mitad
de los miembros de la gobernación ostentan el mismo apellido Bellido,
incluyendo a D. Eduardo Bellido Aragón y a D. Agustín Bellido Rubio. En muy
pocos años, a comienzos del siglo XX, contamos hasta ocho miembros de la
familia gobernando la Cofradía de la Santa Vera Cruz de Andújar.
En paralelo, el emprendimiento de la familia Bellido fue generando nuevos
talleres y tiendas que surtían de otros productos a las cofradías, por lo que
en ese año de 1909 se anotan en las cuentas de la Vera Cruz un pago de dos
pesetas por impresos a la imprenta de D. Agustín Bellido y 30 reales por tres
bujías pagadas a la casa de D. Antonio Bellido. Estas bujías eran un tipo de
“vela de cera banca, de esperma de ballena o estearina”. También Cera Bellido
fabricó bujías durante unos años, tal y como refleja esta antigua publicidad de
la empresa:
En cuanto a la imprenta de D. Agustín Bellido Rubio,
es bien conocida a comienzos del siglo XX, sobre todo por la difusión de sus
postales de Andújar, maravillosas estampas que son auténticos documentos
históricos e ilustran bien a las claras el carácter de nuestra ciudad, sus
monumentos y sus calles, plagadas de casas blancas. También fue el director del
periódico El Guadalquivir (1907-1934) (YBARRA, 1983, 132).
En 1911 vemos de nuevo gastos de imprenta,
posiblemente recibos de hermano o papel timbrado, pagándose a la imprenta de D.
Agustín Bellido Rubio, 4 pts. Su hermano José María también fue Hermano Mayor
de la Virgen de la Cabeza en el año 1907.
Unos años
antes, en 1906 se emprendió una reforma de la iluminación del paso de Jesús Nazareno,
el denominado Nazareno de los Espejitos. Debieron instalarse en él unos
arbóreos puesto que se adquirieron 40 tulipas para el paso del Señor. La compra
se hizo a la empresa de D. Eduardo Bellido Aragón, que era organista y fue
asesinado en 1936 a la edad de 50 años. El pago tardó varios años en
satisfacerse en su totalidad. El importe total de este juego de tulipas
ascendió a 100 pts. cantidad relativamente elevada para el montante de las
cuentas de esos años. D. Eduardo tuvo paciencia para cobrar esta cantidad entre
otras razones porque pertenecía a la cofradía, e incluso ingresó en la
gobernación en el año 1910.
Ese mismo año
vemos entre los diputados de la cofradía un nuevo miembro de la familia
Bellido, en concreto a D. Manuel Bellido Robles, cuyo hermano José fue Hermano
Mayor de la Virgen de la Cabeza en el año 1915.
En 1911
ingresó en la Junta de Gobierno D. Agustín Bellido Rubio, periodista e impresor
que como hemos indicado había creado en 1907 el semanario El Guadalquivir, que
sobreviviría a su muerte en 1927 (PÉREZ GARCÍA, 2009, 444) y a quien la
cofradía venía encargando impresos años atrás.
Es de suponer
que perteneciendo a su Junta de Gobierno, Agustín Bellido vestiría la túnica
nazarena de su cofradía de la Vera Cruz. Era uno de los editores más afamados y
prestigiosos de la provincia, y no le dolerían prendas en hacerlo como uno más,
lo que demuestra su humildad y sus sólidas convicciones católicas.
Vemos,
por tanto, la enorme vinculación entre esta emprendedora familia andujareña y
la Cofradía de la Santa Vera Cruz. La primera anotación clara de adquisición de
los cirios a Cera Bellido es del año 1909, perseverando en la actualidad, por
lo que llevamos ya más de un siglo como clientes de la afamada empresa.
Tras la Guerra Civil, D. Agustín Bellido, aparece en el año 1949 como
miembro de la cofradía.
Hemos visto de un modo claro la centenaria
vinculación de esta familia con nuestra cofradía. En 2013, además, tuvimos la
dicha de acompañar a uno de los mejores clientes de Cera Bellido: La Cofradía
de la Esperanza Macarena de Sevilla en el 50 aniversario de la Coronación
Canónica de su Excelsa Titular. Allí pudimos coincidir por un lado el mayor y
más famoso cliente de esta empresa, junto con el que sea probablemente el más
antiguo a tenor de los datos que hemos presentado, una dicha irrepetible...
Gracias a esta familia y a Cera Bellido siempre por
su buen hacer y su magnífica tradición, y por haber estado al frente de nuestra
cofradía durante tantos años y en momentos tan difíciles.
PÉREZ GARCÍA, L. P. (2009): “Andújar durante la Restauración Borbónica y la Dictadura de Primo de Rivera”, en CHAMOCHO CANTUDO (coord.), Historia de Andújar, Tomo I, pp. 415-468, Andújar (Jaén).
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