Monición para el primer día de Triduo:
La Cofradía de la
Santa y Vera-Cruz comienza en el día de hoy el Triduo conmemorativo de la
Exaltación de la Santa Cruz.
Durante los siglos
pasados fueron varias las cofradías andujareñas que veneraron a San Juan
Evangelista considerándole Titular de alguna de sus Escuadras.
Hace unos años, nuestra Cofradía llevó a cabo la hechura de una efigie del Santo Apóstol escritor del cuarto Evangelio, realizada por el imaginero cordobés don Manuel Luque Bonillo.
Hoy, dedicamos la
intención de este primer día de Triduo a contemplar el ejemplo de fe, amor,
fidelidad y confianza con la que el Apóstol Juan asumió el seguimiento de la
Palabra de Vida que Jesucristo.
Roguemos
a San Juan Evangelista para que lleve nuestra oración ante Dios y tengámosle
como modelo de amor a Cristo y de fidelidad a su Iglesia.
En esta primera
jornada pediremos a Dios que guarde siempre a nuestros hijos e hijas en su amor
y fidelidad.
Monición de entrada al segundo día de Triduo:
La Iglesia Universal
celebra hoy la Solemnidad de la Exaltación de la Santa Cruz. Es por ello que la
Cofradía de la Vera-Cruz se congrega ante Jesús Nazareno, que lleva sobre sus
hombros el madero desde el que nos salva.
Queremos seguir a
Cristo, y nazarenos, como Él, aprender que hemos de llevar esa cruz que para
nuestras vidas supone el dolor, el pecado, la falta de ilusión y todas aquellas
cosas que nos alejan de Dios.
Jesús Nazareno nos
enseña que la Cruz forma parte de nuestras vidas, pero que, tras ella, está la
Esperanza, el Amor y la Entrega.
La Cruz es un árbol
de vida, que hay que aprender a llevar, tal y como Jesús nos mostró. Toda
nuestra vida es de Dios y hemos de caminar a su encuentro asumiendo y llevando
con nosotros todo cuanto de Él recibimos. Al término de la Sagrada Eucaristía
adoraremos la Reliquia de la Santa Cruz de Cristo que guarda nuestra Hermandad.
Igualmente,
esta Cofradía quiere dedicar la intención de este día de Triduo a Emilia Cantudo Bravo, para que ya se
encuentre gozando de la Gloria eterna de Dios, porque así lo mereció durante
los días de su vida terrena.
Monición de entrada al tercer día de Triduo:
Al pie de la Cruz
estaba María, la Madre de Jesús, y junto a Ella, el Discípulo amado, Juan. Y
fue en aquel momento en el que Cristo nos otorgó el don de recibir a María como
Madre de toda la Iglesia.
María, que asume en
sí la voluntad de Dios desde el primer instante, es nuestra Maestra en el amor
a Dios, nuestro Modelo en la confianza, nuestra Guía en el cumplimiento,
nuestra Compañera en el camino hacia Dios, nuestro Consuelo en los momentos de
dolor, nuestro Auxilio ante cualquier dificultad, nuestra Madre buena que nos
quiere y nos protege todos los días de nuestra vida.
Queremos dedicar este
tercer día de Triduo para dar gracias a Dios por nuestras madres y para pedirle
que siga cuidando de ellas siempre.
Demos
comienzo a la Sagrada Eucaristía, felicitando especialmente a todas aquellas
que celebráis hoy el día de vuestra onomástica.
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