Con motivo del comienzo de su proceso de restauración en el estudio de maestro imaginero Manuel Luque Bonillo, Nuestro Padre Jesús atado a la Columna fue despedido, tras la celebración de la Sagrada Eucaristía, recibiendo la veneración de sus cofrades y fieles en devoto Besamanos, quedando el bendito Simulacro situado junto a la reja plateresca que acompaña al Altar de la Cofradía Vera-crucera, retablo que quedó presidido en su camarín por Nuestro Padre Jesús Nazareno, siendo escoltado, en amorosa contemplación, por Nuestra Señora de los Dolores, a su diestra, y el discípulo amado, San Juan Evangelista.
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